Las empresas en general, y las pymes en particular, no tenemos espalda suficiente para soportar las consecuencias del coronavirus, ni colchones de donde sacar los recursos para sobrevivir a las necesarias medidas tomadas para combatirlo.
Debe el gobierno adoptar amplias medidas para evitar que lo que comenzó como una cuestión de salud termine en un caos social de consecuencias imprevisibles.
Todo el dinero que se invierta en paliar las consecuencias económicas de ésta lucha, si se acierta en las medidas, será mucho menor y de más saludables resultados que el que debería gastarsedespués en apagar el desbastador incendio económico provocado por el ahorro de hoy.
Las medidas anunciadas ayer todavía no alcanzan, porque:
1- Apuntan sólo a los sectores “directamente afectados” por las restricciones al desplazamiento y actividad de las personas: gastronomía, turismo, etc., desconociendo que inevitablemente la actividad económica caerá e irá paralizándose más pronto que tarde afectando a todos los sectores. Necesitamos medidas generales profundas
2- Son muy parciales: Las contribuciones patronales al SUSS representan aproximadamente solo el 20% de las cargas sociales, que a su vez son el 46% de la masa salarial declarada, es decir se desobliga al empleador del 9% aproximado del dinero con el que debe afrontar el fin de mes salarial, cada mes.
La masa salarial es sólo una parte de los compromisos empresariales, luego están los insumos, los servicios, los gastos administrativos y generales, la propia manutención familiar.
La caída de actividad ya implica un ahogo financiero para el cual no estamos preparados, venimos de muchos meses de restricción de demandas, altos costos financieros, etc. que han deteriorado la salud empresaria, éste agravante pone a muchas empresas en situación de colapso, y a otras las encamina en esa misma dirección.
Por eso, reiteramos, las medidas deben ser más amplias, generosas si se quiere, para que el daño sea el menor posible y la salida, cuando finalmente se supere la lucha contra éste flagelo, sea posible.
Sabemos de las restricciones financieras del gobierno, pero necesitamos medidas para mantener nuestros trabajos y las fuentes de trabajo generadas.
Casi “pensando en voz alta” porque el tiempo apremia y es difícil tener “ideas claras”, ensayamos algunas alternativas:
1- Auxilio bancario a las empresas para su desenvolvimiento cotidiano: a tasas subsidiadas, no superiores al 25% anual, con plazo de gracia para el inicio de pago de intereses y amortizaciones no inferior a los 90 días a partir del momento en que se levanten las restricciones y se supere el estado de “anormalidad en las actividades”
2- Postergación de las obligaciones crediticias generadas antes de la crisis: El natural desenvolvimiento empresario va de la mano de la necesidad de asistencia financiera, y el cumplimiento de tales obligaciones se verá afectado por la situación actual, deberían prorrogarse, sin sanciones monetarias ni de calificación los plazos de pago.
3- El acompañamiento del estado para afrontar las masas salariales y mantener las fuentes de trabajo, a través de Anses de forma directa. Sera imposible para muchas pymes afrontar los costos sin ventas.
Por las razones que fuere, sabemos que aproximadamente el 30% del empleo actual no está declarado, y esas personas quedarían fuera de asistencia (o el empleador no podría acceder a los mecanismos crediticios que se otorguen), debería atenderse ésta situación.
4- Pago de servicios necesarios para el funcionamiento: Deberá implementarse algún mecanismo para evitar los cortes y prorrogar plazos.
Comisión Directiva